viernes, 27 de septiembre de 2013

MI GUITARRA

Cuando era pequeña mis padres me regalaron una guitarra y aprendí a tocarla. Jamás me he separado de ella. Al admirarla en su rincón descubro a través de su imagen mi infancia. Recuerdo que las Nochebuenas salíamos un coro por el pueblo cantando villancicos y visitando a los ancianos y enfermos para alegrarles un poquito más la Navidad. Las familias nos recibían emocionadas. Nos agasajaban con polvorones y dulces típicos y, a pesar del frío helado en los dedos y el calorcillo que intentabas sentir del borrego del traje de casera, la alegría superaba con mucho todo aquel momento.
La pequeña estrella dorada pegada en esos días contiene un mensaje: "Paz y Bien", que ya forma parte de ella.



Estás conmigo desde niña,
mi pequeña consentida,
me encanta sentir tu madera
y el sonido de tus cuerdas.

Cuando las notas suenan
me cuentas historias de tu día,
y yo me aferro a ti con fuerza,
melodías de la vida.

Cuando estoy triste, me das alegría,
me hablas de ti en tu suave sonata;
cuando estás triste, te doy alegría,
con mis dedos acariciándote mimada.

Y entre mis brazos
nos convertimos en una,
la estrellita que llevas pegada
te hace ser sólo mía, mi guitarra.

domingo, 15 de septiembre de 2013

REGRESO

En Santorini, preciosa y característica isla griega, observé este lienzo a la entrada de una iglesia ortodoxa. Me llamó muchísimo la atención, permanecí durante bastante tiempo contemplándolo principalmente por la belleza del mismo, la sutileza en las tonalidades y la  pureza de las formas. Una línea sobria y clásica de equilibrio y perfección técnica.
No comprendí con la razón porqué estaba allí pero con el corazón pude ver y sentir a dos amantes fundidos en un sólo ser.



Rojo carmín encendido por
amor de lo que ve,
oscuros ojos radiantes
que no pueden dejar de admirar 
ese rostro que me
mira con piedad, con deseo,
con ansío, con verdad.

Verdad que se esconde en el aire
 para volar de mar en mar,
 recorrer cielo y tierra,
sentir la vida vibrar,
para volver por el camino
y de nuevo comenzar.

¿Eres tú? Gritó la mañana.
Sé que vienes con afán de perdurar,
mas el día es muy sabio
y no te dejará quedar,
te enviará mar adentro
donde cree que no volverás.

Pero la fuerza es más fuerte,
la esencia, más pura al final,
y aunque todos los astros
se pongan en nuestra contra,
al final regresarás.

jueves, 5 de septiembre de 2013

LA VÍRGEN DEL PUERTO

El día 8 de septiembre se celebra en Santoña, dentro de sus Fiestas Patronales, el día grande. La víspera, recibiendo con honor a la Vírgen del Puerto, salen todos los pesqueros a la bahía para, en procesión casi hasta altamar, honrar a su virtuosa doncella del alma. Resulta una estampa de lo más vistosa y bella.



Balsa de mar que
envuelve la bahía,
amalgama de pesqueros
que amparan a su dulce reina
con el calor de constantes sueños.

Barcos engalanados
desde el amanecer
para homenaje en este día,
fiesta que adorna cada rincón
para la magia de una diva.

Explosión de color y júbilo
que atrae a santoñeses y turistas,
 momento mágico para contemplar
el sabor de una tierra y de su vida.

 Y el corazón palpita con fuerza
al sentir cómo el pueblo recibe
el más valioso regalo
y cautivarnos
a su suerte entregados.

Piropos suenan bailando
al compás de cada danza
que le grita a su madre
la más gallarda alabanza.

Fotografía: Cedida por el Ayuntamiento de Santoña.
También quiero recordar en este día de septiembre la fiesta con que los lerineses rinden culto a su Vírgen de la Blanca. Una preciosa explosión de júbilo donde todas las cuadrillas, tras la ofrenda en la ermita, se reúnen en sotos y cabañas para celebrarlo con sabrosos y típicos ranchos. Y por la tarde, las vaquillas en La Cadena, en la parte baja del pueblo.