domingo, 20 de septiembre de 2015

PAJARILLO

 

Pajarillo que rozas mi ventana,
háblame de libertad,
de nubes doradas,
de blancos cisnes
que habitan en el alma.
 
Alfeizar donde apenas te apeas,
déjame acariciar tus alas,
llama ardiente de rosas abiertas,
acordes de guitarra
con dedos que tiemblan.
 
Pajarillo dame tu volar,
alza mi vida a cielos límpidos,
campa en corazón de puertas abiertas,
dulce trinar, ansiado momento
donde descansar.
 
Esencia de trovador,
canto en la mañana,
nido en mi refugio,
murmullo en mi alma,
franqueza de osadía
amamántate de mi savia.
 
Te cuidaré con mi vida,
mis manos serán tus alas,
alimentaré cada trocito de alba
de hermosas melodías,
de colores y esperanzas.


 
El dulce trinar de pajarillos conforme paseas por la naturaleza hace de ello una banda sonora que acompasa nuestro caminar. Qué hay más bello que contemplar un hermoso paisaje mientras escuchas estas sutiles notas al compás. Pero existe también otra forma de mirar a estas aves. Su capacidad para volar las convierte en eternas mensajeras junto a la creencia de ser portadoras  de secretos. También conllevan en su ser un significado de libertad, al poder huir en cada momento y recorrer el cielo.
Fotografías: Cedidas nuevamente por mi amigo Antonio Banús. Un millón de gracias para este artista que domina la fotografía a la perfección y que ha querido colaborar conmigo en el embellecimiento de este libro desde que yo se lo propuse en el primer instante de su creación. Un beso muy grande.



miércoles, 16 de septiembre de 2015

VOLVER

 
Rompeolas que me empuja,
tierra mía que me añora,
campos donde guardé mi historia,
cuentos nuevos, destellos que asoman.
 
Lozanía donde brotes germinan,
arrumacos que custodié con vigilias,
estelas de antiguos días,
huellas frescas que caminan.
 
Exquisito olor a vida mía,
espontánea y desenvuelta caricia,
súbito deseo, caprichosa avaricia,
afán que ambiciona ansias perdidas.
 
Volver con el alma henchida,
rebosantes colores de alta estima,
ternura que complace cada sonrisa,
dorado otoño que no conoce lágrima perdida.
 
Volver en luces encendidas,
acicalar la fábula con relatos de alegría,
saber que esta savia es mía,
ternura encantada en certeras dichas.
 
 
 
Fotografía de arriba: Cedida por mi amigo Antonio Banús. Es preciosa. Gracias amigo.
Fotografía de abajo: Cedida por mi amiga Mertxe Cubero Becerro. Otra maravilla. Gracias amiga.
A través de los poemas he podido contactar con mucha gente que siempre me ha animado a seguir con este ideal mío. El apoyo ha sido realmente incondicional, y sentir ese apego y esa querencia es algo precioso que no tiene límites. Saber que lo que tú creas es valorado te hace creer cada vez más en ti y en tus posibilidades. Muchas gracias a todos y cada uno.