Risa sazonada con pistilos,
álgido aroma que de ellos
se desprende.
Pétalos a flor de piel,
galantería del pájaro
que ya encontró su querer.
Semillas fueron cayendo
desperdigadas en el aire,
risueños pimpollos
de un apetitoso donaire.
Clamor suave de arrumaco
llevan tus francos dedos
para acariciar el corazón
de la flor,
para alcanzar
hasta lo más pequeño.
Lindo piropo de estambres
en brote de hojas perennes,
mimo de tenues halagos
en serena ternura de almíbar,
fragancia acaramelada
por vientos que abrazan
la vida.
Fotografías: Cedidas por Antonio Banús. Gracias amigo.
Hay días en que sin saber porqué nos levantamos más alegres, más dicharacheros... Nos miramos al espejo y la vida nos sonríe. Son esos momentos los que siempre tenemos que atrapar al vuelo y no dejarlos irsen... Poco a poco mudarán su aspecto y tornarán hacia otros colores. Pero esos instantes únicos deberíamos vivirlos con toda la fuerza de nuestro ser...
