martes, 27 de septiembre de 2016

A MI ABUELO

 
Te quiero.
Y te quiero porque cada una de tus arrugas
delinea mi silueta,
porque una sola veta
será camino de mi ser un día,
porque en tu iris azul avejentado
vivo retazos de tu vida.
 
En mi corazón que te secuestra,
dulce y alegre,
resplandece tu estampa apacible
y tus palabras insinúan
el rocío de la mañana que rezuma.
 
Cuando el bosque nos inunde juntos
en el platear del sol,
sobre tu níveo seno me acurrucaré
como pajarillo de alas fracturadas,
transformándome en gargantilla de tu cuello.
 
Y en este verso que bendigo
ondearemos en el mar de la inocencia
entre olorosas malvas y juegos de niños,
cada aurora,
para no perdernos el uno del otro,
para ser gozo de tus abriles en sutil lozanía.
 

lunes, 5 de septiembre de 2016

TEMPESTAD

 
 
Ingenio de luz que en sutil borrachera
mi lumbre humedeces.
Fuentes de cielo giran y giran
en el océano del silencio,
donde enclaustrado el burbujear
devora la efervescencia del sueño
en el cruel confín del epitafio.
 
¿Por qué la orilla de tus soberbias alas
ha olvidado el gemido
y hasta el abismo ajusticia?
¿Quién eres tú
que no olvidas mi memoria
y en el lecho de algas
ocultas lienzo de espumas?
 
Tempestad de encarnizada luna,
no somos olas del mismo viaje
y la sombra de las lágrimas
encadenará el rosario donde la retahíla
ribetea orlas con arroyos de saetas.
 
El agua germina en surtidores falsos
bebiendo fantasía de almas,
linaje empapándose lentamente
sobre el dilatado desierto
del helado crepúsculo del invierno.
 
Y el lastimoso delirio de azul melodía,
callado reguero de plata,
se exiliará entre cortina de charcos
en la olvidada lluvia marina
donde descansa el olvido.
 
 
 
Fotografía: Paseo marítimo de Santoña (Cantabria).