jueves, 14 de diciembre de 2017

TU MIRADA

 
Hoy he volado
la dulce sombra
de mi vida.
Tu olor,
que ya es
el mío,
me ha vestido
de fresa
para tan largo viaje.
 
Y acurrucada
entre tus alas
he surcado
la espuma blanca
del azul del mar.
He pintado de lana
aquel viejo reloj
que nunca
daba la hora.
He latido
en la tormenta
de la carta
que por fin ha llegado
a tiempo.
 
Hoy he sido más yo
que nunca
en la isla
de tu mirada,
en el néctar puro
de la llama
que ya jamás
morirá en rescoldos.
 
Esta es la primera Navidad que pasaré sin tu compañía aunque sé que desde ese maravilloso lugar donde te encuentres seguirás a mi lado dándome lo más hermoso que tenías. He querido hacer un homenaje a este momento en el que tanto te extrañaré y abuelo, tendré que comerme mi turrón y el tuyo, ese que nunca dejabas en el plato y tu sopa de almendra lerinesa, tan lerinesa como tú. Te quiero por encima de todas las cosas que puedan existir en esta vida porque tú supiste darme el cariño y la entrega que sólo las buenas personas llevan adheridas a su ser. Brindaremos por ti y cantaremos un villancico a tu salud y otro y otro más... y aquella estrellita que brillará más que las demás nos estará enviando todo su amor y fuerza para este nuevo año. TE QUIERO SIEMPRE, ABUELITO.


sábado, 9 de diciembre de 2017

¿QUIÉN ME ESPERA A MÍ?

 
Si mi inocencia
hallara horizontes
de color
tras este invierno
que se adelanta
a su fecha,
lo convertiría
en estelas,
en palabras ardientes
que dan nombre
a la Belleza.
 
Camino en tu bosque,
entre llanuras olvidadas,
buscando siempre
esa flor
que flota
en el viento,
y me duermo
otra noche más
entre tu nombre,
al amparo
que me devuelve
la sonrisa.
 
Quisiera no sentir
dolor en mis ojos.
Prefiero la música
del primer beso,
ese mensaje de cristal
que se queda
flotando al alba;
ese huracán
que tú replicabas
frente al mar,
mirando a lo lejos.
 
Sigo esperando
tu palabra
y el silencio.
Tu tiempo
que desgrana
mis emociones
marcando el momento
del regreso.
¿Quién me espera
a mí?
 
 
 

jueves, 30 de noviembre de 2017

MI REFUGIO

 
Recuerdo la pastelería
de mi abuelo,
la súbita transparencia
del humo del fogón
donde jugaba de niña,
aquel reclinarse
de mi cabeza
entre el algodón
de un instante.
 
Espejo del tiempo
que yo aprieto
con mi mano,
recreándome
en la red
de mi memoria.
 
Aurora de
mis pasos
donde escribo para
hilvanar recuerdos,
para despertarme
entre el viejo eco
del dulce olor
a caramelo.
 
Lloro tu alma
desde este viento
que te ha llevado
lejos,
desde la mañana
que me rodea
con tus abrazos
como refugio
y sinfonía
de esperanza.
 
Sigo oliendo
el color de
aquella vieja
pastelería.
 
 


jueves, 23 de noviembre de 2017

MI ESPERANZA

 
Esta es la historia
del corazón,
el verso que no habla
pero siente,
la dulce sombra
de mi vida.
 
Sigo tejiendo
hilos de mar,
surcos de las huellas
de mis pasos,
gritos gigantes
de silencios.
 
Cuando cojo mi pluma
no quiero olvidar,
la poesía me calma
el dolor
y florezco
en el paraíso
de la memoria.
 
He dibujado
un mosaico mágico
con la música
que emana
de tu cuerpo.
Cierro los ojos
y la esperanza
comparte mi palabra.
Juego con tu recuerdo
y todavía huelo
el humo de aquella
hoguera lejana.
 
La ilusión baila
en mi corazón
como ese beso azul
de piedras preciosas
que abre la puerta
que conduce
a mi alma.
 

 

miércoles, 8 de noviembre de 2017

ESA FLOR

 
Ser cuerpo de lluvia
en la ventura
del ayer,
el milagro
del néctar puro
en la llama
que hoy regresa de nuevo.
 
Nací con el crepúsculo,
con los sentidos
que embargan
las hojas esparcidas
 y el olor a tierra
de otoño.
 
Sabiendo que el pasado
nunca muere,
dulce sombra de mi existir,
ven, sígueme
como siempre,
tu palabra esperanza
se enraiza en mi vida.
 
Llegué a esa flor
abriéndose a la tarde.
También tú
lo recuerdas.
No puedes dejarme
ahora porque nunca
morirá mi sombra
en el momento
del regreso.
 
No sé cómo decir
que abandoné el paraíso
de la memoria,
que salí de mí
y llegué
a esa flor
abriéndose
a la tarde.
 


domingo, 29 de octubre de 2017

NAUFRAGIO

 
Mi sol tardío
arrastra las hojas
del otoño
y teje la alfombra
que nunca he de pisar.
 
Naufrago
entre mis lágrimas,
en el clamor oculto
de mis pequeños pies
que me atan
a tu historia.
 
Aún soy la niña
que sueña
con tus manos,
la mirada
que se rinde
a la búsqueda,
el sueño de los pájaros
que sentíamos palpitar.
 
Aún soy la niña
que salta
los charcos del sueño,
que fantasea
en tus ojos,
el recuerdo
de la hoguera
que pintábamos
en nuestros cuerpos.
 
Mi sol tardío
se desvanece
en el disfraz
de la llegada
que nunca
ha de llegar.