jueves, 11 de abril de 2013

LOBOS DE MAR

Santoña, en Cantabria, es mi segunda patria desde que mis padres compraron el piso de veraneo el año en que yo nací. Tierra de bondad, playas infinitas de arena blanca, acantilados encrespados en las más inhóspitas cumbres, verdes prados, paisajes grabados en el corazón que me recuerdan las vacaciones que viví y que siempre estarán por venir. Cuna de marineros, de pescadores de raza, que viven de la mar desde que nacen hasta que se les acaba la vida.
 
 

 
Aguerridos titanes
que tienen que sortear
las mareas más bravas
y los juegos de la mar.
 
Valientes como leones,
rudas las manos de luchar,
tez tostada por el viento,
viejos lobos de mar.
 
Han nacido marineros
y marineros morirán
porque no saben vivir de otra forma
que no sea de la mar.
 
Y en esas noches estrelladas
donde la calma parece hablar
añoran Santoña en la distancia
y sueñan con volver allá.
 
Pero una vez en tierra no se hallan,
les faltan las olas y la sal,
y salen de nuevo a su patria,
a pelear con la mar.
 
 
 
 
Dedicada a los marineros de Santoña y de todos los pueblecitos costeros.
Fotografía arriba: Llegada de los pesqueros a puerto. Mi abuelo Sátur entre ellos.