viernes, 29 de abril de 2016

PERALTA

Quiero dedicar un poema a mi abuelo Jesús (Peralta), por la costumbre de los motes en la ribera navarra. La pobreza campaba a sus anchas y él, honrado labrador, no ganaba con la saldada para alimentar a mi abuelita y a sus cuatro hijos.
 
 
 

 Se le vio entre cirros rojos
labrantío intrépido a la bestia encumbrado....

Férreo petate, viejos roñosos avíos.
Patria adelante, cuna de caminos.
 
Incendiado astro contra esfuerzo y sacrificio,
corteza curtida a fuego lento,
hambre atrasada por mor del fruto,
mordido atuendo, socorro y lento luto.
 
Lomo encorvado, misión en la memoria,
dominio conocido en muerte secreta,
patriarca de menesterosa estirpe,
honra acuñada a fuego, sangre valiente.
 
Mi idolatría llorada, leyenda de abnegación.
Casta de intrépidos héroes en campo de batalla.
Huracán que no morirá en mi olvido,
pacífico guerrero otorgado a mi sino.
 
Fotografía: Mi abuelo Peralta el día de mi bautizo.