domingo, 7 de julio de 2013

EL ENCIERRO DE ANTAÑO

La vivencia de los Sanfermines ha ido cambiando con el tiempo pero siempre se ha conservado pura su esencia. Me gustaría rememorar, a través de un poema dedicado al encierro, otros años en los que, sin ser tan famosos ni visitarnos tanto turista, este universo aparecía colmado por una sensación de afectividad férrea y un auténtico y entregado sentimiento de los navarros hacia nuestra fiesta. Todo ello, sin menoscabo de lo que seguimos sintiendo cada vez que se grita desde el balcón del Ayuntamiento: "¡Pamploneses, pamplonesas, Viva San Fermín, Gora San Fermin!" y estalla el txupinazo. Estoy escribiendo y me emociono sólo de pensarlo. También tiene una connotación conmovedora la procesión del Santo el 7 de julio y la jota que le cantan en la plaza del Concejo, "Es la jota de tu Navarra la que hoy te canta, la que hoy te reza". Resulta mágico ver las caras de los niños y de los no tan niños entre toda esa amalgama blanca y roja que inunda la ciudad una semana al año.




Los mozos se levantan de madrugada,
la indumentaria blanca
de pureza inmaculada,
se dirigen al encierro
con solemne gesto de alabanza.

Cantan y se encomiendan al Santo,
suena el cohete anunciador,
los toros inundan, bravos,
el recorrido en cada rincón.

Corren con respeto
sabiendo la bestia que llevan al lado,
el tablao les deja el sitio justo
para medir cada paso dado.

Y ya en el callejón,
al entrar en la Plaza de Toros,
se sienten satisfechos y agotados
por el deber cumplido
del sueño realizado.

https://www.youtube.com/watch?v=VsvhMDBKmsk

Acompañan al poema los enlaces de las jotas que con tanta emoción se cantan en la procesión del día de San Fermín.