lunes, 18 de abril de 2016

LERÍN


Sueño con Lerín como la puerta de mi infancia.
El espejo mudaba limpio lo que yo no vislumbré
hasta que la tarde caía y del torvo cielo
lloraban las estrellas....

 Sueño con el Lerín de antes de aquella batalla.
Callejas de abiertos postigos,
yo me deslizaba entre ellas.
Mis verdades se esparcían
delante de la iglesia.
La pureza besaba mi frente
hasta el último ágape de la jornada.
Mi madre duplicaba las voces
que yo obstinadamente olvidaba.
Entre las viejas nanas flotaba virginal
la eterna y pulcra melodía.

 Yo era feliz,
yo era lastimeramente feliz.
Casta esencia sin abismar.
Sólo vivir, vivir.