lunes, 14 de octubre de 2013

ALGÚN DÍA

La naturaleza a flor de piel, hermoso enigma tocado por manos divinas. Si se aprende a saborear cada estación del año, cada rincón, cada color, cada olor... se transforma en algo mágico que consigue sacar todo lo mejor que cada persona lleva dentro, todo lo que se guarda con cariño, todo lo que nace del corazón sin pasar por la mente. Limpio, puro, eterno...
Y para acrecentar este estado de plenitud se me ha ocurrido escuchar a mi admiradísimo Luis Miguel con su abanico de boleros. Al final ha habido uno, en especial, que me ha incitado a escribir. "Estar contigo"; supone una delicia escucharlo y, sobre todo, sentirlo.



 
Si pensarte es amarte,
te amo con toda la
locura que puede mi
corazón, porque no dejo
de pensar en ti.

Si soñarte es necesitarte,
te necesito con toda
el ansia que hay en
mi cuerpo, porque no
puedo no soñarte.

Si desearte es tenerte,
te ansío con toda
la fuerza de mi
alma, pues mi mente
te desea a cada instante.

Si cuidarme sería
el cúlmen de mi
dicha, lucho porque
ese momento llegue
algún día y me
abraces con todo el
ardor que guardas
para mí, con todo
el deseo acumulado,
con toda la necesidad
del otro, con todo
el pensamiento soñado.