jueves, 6 de marzo de 2014

MAGIA


Tiovivo de infinitos colores,
musa giratoria que nos llama a sus crines,
corcel que sube y baja,
carrozas, tacitas, cisnes, delfines.

Magia redonda de dibujos de sirenas,
princesas vestidas con sus más preciados velos,
barroco lienzo que atrapa la mirada
y que incita a viajar en el mágico velero.

Dorado escenario con parajes ideales,
recuerdos de otros tiempos más sencillos,
postales de soleadas tardes, de alegres
 momentos guardados en nuestro nido.

Caballitos que relinchan al compás,
estremece el sentir tanto ideal,
sueño del que no nos despertamos
hasta que suena la campañilla final.



Fotografía: La Concha de San Sebastián. Mágica ciudad para descubrir y perderse entre tanta hermosura.
Siempre me han atraído los tiovivos. Me transportan olores de otro tiempo donde todo era más puro y un simple pequeño circo para niños hacía las grandezas de aquel delicioso momento. Los que se conservan desprenden una magia especial, con sus colores y formas, que embellece el lugar. Además, y subjetivamente, siempre me acercan al recuerdo a mi madre. Es una sensación hermosa.