domingo, 30 de marzo de 2014

ETERNIDAD


La nieve arde mientras
espero tu vuelta en
la noche oscura,
en el alma negra,
en el relente
de la espera.

El fuego hiela a
la vera de tu venida,
en el sol del mediodía,
en el patio donde
el cenador ve pasar la
ría a su vera.

La espada cura la
herida de tu no llegada,
cuanto más abierta menos
sangra, el dolor es
más soportable que la daga.

El beso hiere el corazón,
el alma abre su puerta
para dar cabida al amor,
al que no vendrá, al
que se quedará vagando
en la tierra hasta la eternidad.



La eternidad siempre ha supuesto un deseo buscado por muy diferentes medios en la vida. El elixir de la inmortalidad, operaciones para rejuvenecer, toda una serie de productos de belleza para no envejecer..., sin querer ser conscientes de que el camino es algo finito. La muerte forma parte de la vida, y por mucho que queramos obviarlo, ahí está. Por ello escapamos de ella con estas excusas que sólo nos proporcionan más certeza de que algún día la senda que seguimos acabará. Pero esto no debe ponernos tristes. Mirar a la muerte de frente es mirar a la vida y a la belleza de vivir porque ambas son las dos caras de la misma moneda.
Fotografía: Precioso paisaje de la montaña navarra.