viernes, 13 de diciembre de 2013

A JAVIER ECHEVERRÍA

Hace poquito tiempo falleció el tan querido médico de toda la vida de Lerín, Don Valentín, como siempre le llamábamos, con eso "Don" de la personas con los oficios más emblemáticos de los pueblos. Enseguida me vino al recuerdo su hijo Javier, "Txandi" para los amigos y la cuadrilla, y no pude dejar de sentir un dolor que me invadió de repente. Para los dos, descansad en paz. 




Nos confiaste tu niñez, tu lozanía,
nuestra fue tu risa más profunda,
tu entusiasmo y júbilo nos brindaste,
te ganaste nuestra sincera alma
y la sencillez con que la mimaste.

Txandi, amamos ese afecto,
esa devoción que nos guardabas,
ternura y amistad
iban juntas de la mano
y la simpatía con que nos las regalabas.

Generoso ser, mejor amigo
¿por qué te queríamos tanto?
Acaso intuíamos que teníamos que vivirte
más deprisa y sentirte con más llanto.

Gracias por tu entrega
y por hacernos más felices,
cosas son que no se olvidan
aquellas que se viven con deleite.

Gracias y mil gracias siempre.
Te llevaremos
 en nuestros corazones,
allí te guardamos con el cariño
que nos consagraste tú de niño.