viernes, 15 de mayo de 2015

DESPERTAR

 
!Oh ingenuidad
libre entre mis brazos!
Juguetean mis dedos
con la magia
de tu rojo pelo.
 
¡Oh aire
que resopla en mi rostro!
Juguetean mis labios
con la caricia de tu abrazo.
 
¡Oh despertar de la mañana!
Rocío que cubre mi cama,
tacto sutil de flores blancas,
orgullo de mi sentir,
esencia del alba clara.
 
¡Oh sencillez!
Osadía de confianza,
franqueza de afecto,
cariño envuelto
en rosas de colores,
en amores ciegos,
en delicadas ternuras,
en suavidad,
en certeza,
en galantería,
en fábulas de piropos llenas.
 

 
 
Fotografías: Mis dos sobrinos, los hijos de mi hermano, Inés y Ariel. Son un calco de Javi y yo de pequeños. Inés no puede estarse quieta ni un segundo. Corre, brinca, salta, se sube a los árboles, hace trastadas, pero cuando se acerca a mí y me abraza con una fuerza que no sé de dónde le sale, con sus 5 añitos, y me dice "Te quiero, tía", me moriría en sus brazos. Ariel, más sereno, tranquilo, como un osito de peluche al que abrazo y estrujo todo lo que puedo. Adora el fútbol (su abuelo, mi padre, fue futbolista) y dice, convencido, que él ha pensado jugar 8 años en el Barça, luego 2 en el Atlético de Madrid para coincidir con Griezmann y ya terminará en el Bayer. Yo tengo que volver la cara para que no me vea reír cada vez que le oigo esas palabras.
Sólo puedo dar gracias al cielo por haberme concedido mi más preciado deseo. Sus vidas son mi vida, mi sangre corre por sus venas y me llenan de magia e ilusión cada instante que comparto con ellos. Son mi orgullo y mi satisfacción.
Ese despertar también les llegará a ellos, y yo estaré siempre ahí para acompañarlos en su caminar. Sólo deseo su felicidad por encima de todas las cosas. Y lo más importante es que todo, todo lo que me dan, ni ellos mismos son conscientes. Os amo como no sé amar de otra manera: entregándoos mi más sincera alma y corazón y siendo feliz con vuestra felicidad.