jueves, 16 de abril de 2015

TORMENTA

 
Ruge la tierra en benditos campos,
brama al cielo de truenos entregado,
tempestad que pelea con recia lluvia,
tornado de sentimientos
en milagro y bravura.
 
Atrevido olor a trigos mojados,
vientos que presagian y temen delirios,
invadida fragancia de recónditas emociones,
acordes de helada noche
en dulce rocío de ilusiones.
 
Me fundo con ese ser intrépido
en vientos y torrentes,
siento la naturaleza en mis venas,
tiemblo ante cada estela,
ante cada gota de mi existencia.
 
Verdor que amanece con el día,
relente que rebosa de lozanía,
pasión que ansío con ímpetu,
juventud que nace
con la vida.
 


 

Fotografías: La de arriba se desarrolla durante un paseo en bici llegando a Sorauren. Y la de abajo, realizando una ruta en Huarte Araquil.
La otra noche, mientras una impetuosa tormenta dejaba caer sus hilos de agua con fuerza, abrí el balcón y me llegó el olor a frescura de primavera, a campos mojados, a naturaleza viva y poderosa. No podía apartarme de ese sentir que me traspasaba y me dormí rodeada de ese momento que nos entregaba la vida como regalo.