lunes, 28 de julio de 2014

HUELLA



En cada huella quiero tropezarte,
como un halo fulgurante
de luz, que se evade
de entre las nubes y
se congela.

Sol meridional
que se viste con tu recuerdo,
con ese fuego que
asalta mi vida,
con ese color entremezclado
del horizonte.

A cada instante te busco
entre la gente, pero la
muchedumbre no me
deja hallarte. Si
conociera tu destino, allí
iría a esperarte los
siglos que hicieran
falta para, al fin,
calarte tan hondo que
ni el mismo Dios
nos separara.

¡Ay de mí si eso no pasa!
¡Ay de mi vida vaga!
¿Sobreviviría? No lo
sabe ni mi propia alma.



Fotografía: Redes secándose al sol. Cuando llegan los barcos a puerto es muy común encontrar corros de mujeres cosiendo estas redes... Con el peso de los peces, el desgaste de la sal marina y la huella del tiempo, éstas se estropean o se rompen y es necesaria la labor de ponerlas a punto de nuevo para la faena. Supone una bonita y pintoresca imagen para los turistas que pasean alrededor.