viernes, 5 de abril de 2013

A MI MADRE

 
 
Dentro de ti fue germinando
la esencia de mi ser,
el cordón que nos unía
nunca se ha de romper.
 
Derramaste sangre por darme la vida
hasta que me tuviste en tu regazo,
lloraste al verme tan pequeñita,
un trocito de tus abrazos.
 
Mita, como siempre te he llamado,
la que nunca descansa cuando estoy malita,
la de la dicha cuando me invade la felicidad,
la que vive conmigo en la distancia,
la que nunca me ha de abandonar.
 
¿Por qué hay alguien tan eterno
que traspasa las fronteras,
que derrumba los pilares del cielo,
que cargaría con las más grandes piedras?
 
Gracias mamá
porque vuelvo a ser la niña,
el pedacito de tu ser,
la que arrullas cada noche
para seguir viéndome crecer.
 
 
Quiero dedicar este poema a todas las madres, especialmente a mis amigas que están viviendo esta maravillosa experiencia.
Mamá, te quiero como sólo se puede querer a una madre.
Fotografía: Mi mami, Alicia, conmigo en brazos. Año 1976.