miércoles, 24 de abril de 2013

ESCRIBIR

Como imagen de este poema he elegido, al azar, de entre mis libros, la portada de la novela de Alejandro Dumas, hijo, "La dama de las camelias", publicada en 1848. Marguerite Gautier, su personaje principal, ha llegado a convertirse en uno de los mitos femeninos modernos más populares del imaginario cultural de los tiempos. En ella se inspiró el célebre maestro italiano Giuseppe Verdi para componer "La Traviata", ópera que constituye uno de los hitos más reconocidos del "bel canto" en el siglo XIX. El sentimiento que brota en mí al leer o escuchar algo semejante, u otras obras de arte, es lo que inspira que yo prenda la pluma y deje que cada verso vaya naciendo...
 

 
 
Bálsamo que me llena de paz,
que me guía por las más dispares sendas,
pócima de magia donde mezclar
las historias más bellas.
 
Alegría del alma al sentir
que las letras van corriendo,
poesía que nace de lo más profundo,
relato de todo lo más inmenso.
 
Escenario donde las palabras juegan
a los más dispares recreos,
notas emergidas en un pentagrama
que transportan a lo excelso.
 
Alma plácida, remanso de estrellas,
voz silenciada con tinta negra,
gotas cálidas que van cayendo
en los sueños, con el tiempo.
 
 
 
 
Fotografía arriba: Portada de la novela "La Dama de las camelias", de Círculo de Lectores.