de ti, siente mis manos
que te acarician el alma,
tiembla mi anhelo
cuando se acerca tu calma.
Ama la vida que vivo,
escucha el suave rumor
de la espuma que el
mar acerca a mis pies,
cuenta las horas que
en mi reloj pasan
sin tiempo o quizá
las que narramos a la vez.
las que narramos a la vez.
Vive en mí como el
rojo fuego entra
en el cielo, como
la nube oscura guarda
la tormenta, como el
azul del mar se refleja
en mi pupila parda.
Sé yo cuando
te pienso,
cuando el sueño me
despierta en tus brazos,
cuando mis lágrimas
cubren tu cara, cuando
el ansia de mi deseo
se funda con el tuyo
y por fin seamos
los dos, uno.
En los momentos en que el alma se siente libre y puede volar, con alas blancas, puras, inmaculadas, y acercarte a lugares de ensueño para hallar tu lugar en el mundo, supone transportarte a un estado que casi no puede describirse con palabras. Sólo el sentimiento profundo de ese instante vale por todos los millones de minutos que llenarían una vida.