viernes, 22 de mayo de 2015

TU ABRAZO


Dame de beber de la fuente
que emana de tu ser,
abrígame con tus brazos
en este invierno crudo
para sentir ese latir profundo,
para fundirnos los dos en uno.
 
Cúbreme con la fuerza
de tu querer
como si nunca
hubieses querido.
Haz que florezcan
margaritas
en el mundo
que nos ha unido.
 
Abrázame hasta llegar
al corazón mismo,
con atención, con mimo,
con deleite, con cariño.
Jamás olvides nuestro abrazo,
compuesto por melodías,
por caprichos y deseos,
por certezas de la vida.
 
Cada noche me aferro
a esa caricia
que me protege,
a esa luz que brilla
 y crea un mundo de fantasía
donde guardar el calor,
donde llenar de sentido
mi mismo yo.


 
 
Fotografías: La de arriba quiere simbolizar la fuerza, la intensidad, la bravura de ese abrazo; y la pequeña, el calor, el cariño, la pasión que conlleva. Dos contrastes fundidos en uno.
El abrazo contiene una profundidad y un acoplamiento de los cuerpos necesario y exigente. Una entrega, un tacto en forma maestra. Todos necesitamos en algún momento de nuestra vida, o en muchos, que nos abracen.

viernes, 15 de mayo de 2015

DESPERTAR

 
!Oh ingenuidad
libre entre mis brazos!
Juguetean mis dedos
con la magia
de tu rojo pelo.
 
¡Oh aire
que resopla en mi rostro!
Juguetean mis labios
con la caricia de tu abrazo.
 
¡Oh despertar de la mañana!
Rocío que cubre mi cama,
tacto sutil de flores blancas,
orgullo de mi sentir,
esencia del alba clara.
 
¡Oh sencillez!
Osadía de confianza,
franqueza de afecto,
cariño envuelto
en rosas de colores,
en amores ciegos,
en delicadas ternuras,
en suavidad,
en certeza,
en galantería,
en fábulas de piropos llenas.
 

 
 
Fotografías: Mis dos sobrinos, los hijos de mi hermano, Inés y Ariel. Son un calco de Javi y yo de pequeños. Inés no puede estarse quieta ni un segundo. Corre, brinca, salta, se sube a los árboles, hace trastadas, pero cuando se acerca a mí y me abraza con una fuerza que no sé de dónde le sale, con sus 5 añitos, y me dice "Te quiero, tía", me moriría en sus brazos. Ariel, más sereno, tranquilo, como un osito de peluche al que abrazo y estrujo todo lo que puedo. Adora el fútbol (su abuelo, mi padre, fue futbolista) y dice, convencido, que él ha pensado jugar 8 años en el Barça, luego 2 en el Atlético de Madrid para coincidir con Griezmann y ya terminará en el Bayer. Yo tengo que volver la cara para que no me vea reír cada vez que le oigo esas palabras.
Sólo puedo dar gracias al cielo por haberme concedido mi más preciado deseo. Sus vidas son mi vida, mi sangre corre por sus venas y me llenan de magia e ilusión cada instante que comparto con ellos. Son mi orgullo y mi satisfacción.
Ese despertar también les llegará a ellos, y yo estaré siempre ahí para acompañarlos en su caminar. Sólo deseo su felicidad por encima de todas las cosas. Y lo más importante es que todo, todo lo que me dan, ni ellos mismos son conscientes. Os amo como no sé amar de otra manera: entregándoos mi más sincera alma y corazón y siendo feliz con vuestra felicidad.
 


sábado, 2 de mayo de 2015

OLOR A TI

 
Dunas de tu piel,
bosque salvaje donde acampar,
olor a musgo fresco
y a leña del hogar.
Vereda del río donde bebí,
gamas de arcoíris.
Olor a ti.
 
A noches embriagadas
por dulces caldos,
a espuma de mar brava
contra rompientes acantilados.
 
A momento del deseo,
a tenue luz del crepúsculo,
a ese ansiado instante
que espera nuestro encuentro.
 
A tempestad en mitad
del campo,
a frutos recién cogidos
del árbol.
 
A vientos con olor a sal,
al blanco puro de los cisnes,
a la sutil alborada,
a los trigos recién segados,
al horizonte en la mañana.
 
Al perfume de las rosas,
al suave tacto de la seda,
al trinar de pajarillos,
al volcán en erupción
que rompe fronteras,
que arrasa la tierra,
que corre tras de mí
para salvar mi pena.
Olor a ti.
 


domingo, 26 de abril de 2015

CAMPOS DE ALGODÓN

 
Nívea seda que sazona con azúcar,
piropo en la retina,
 sortija para delicados dedos
que juegan con labios
de miel repletos.
 
¿Podrá la campiña guardar el secreto?
 
Nevado altar de caprichosas figuras,
inocente guiño de brotes serenos,
tersas florecillas del escenario lleno,
yemas que dibujan turgentes deseos.
 
¿Podrá la campiña guardar el secreto?
 
Futura golosina irá tornando el boceto,
retrato de campanillas que sonarán
con el viento.
Disfraz de alegría y regocijo,
algodones que transforman
el alma soñoliento.
 
¿Podrá la campiña guardar el secreto?
 
Rojos frutos se abren al tiempo,
cerezos repletos de árboles
en campo abierto.
Tierno caramelo que acaricia
el sabroso manjar
del antiguo secreto.
 
 
Fotografías: En la de arriba, mi padre paseando entre los cerezos, y la de abajo, una panorámica del valle.
Un paseo por el Valle de Echauri, pegadito a Pamplona, se convierte en una explosión de cerezos en flor que cautivan al caminante. Campos blancos de florecillas repletos contrastan con el verde de los trigos y el amarillo de la colza... Juegos de colores que, conforme pase el tiempo, darán lugar al fruto del deseo: las cerezas o guindas que harán del dulzor su frescura jugosa.


jueves, 16 de abril de 2015

TORMENTA

 
Ruge la tierra en benditos campos,
brama al cielo de truenos entregado,
tempestad que pelea con recia lluvia,
tornado de sentimientos
en milagro y bravura.
 
Atrevido olor a trigos mojados,
vientos que presagian y temen delirios,
invadida fragancia de recónditas emociones,
acordes de helada noche
en dulce rocío de ilusiones.
 
Me fundo con ese ser intrépido
en vientos y torrentes,
siento la naturaleza en mis venas,
tiemblo ante cada estela,
ante cada gota de mi existencia.
 
Verdor que amanece con el día,
relente que rebosa de lozanía,
pasión que ansío con ímpetu,
juventud que nace
con la vida.
 


 

Fotografías: La de arriba se desarrolla durante un paseo en bici llegando a Sorauren. Y la de abajo, realizando una ruta en Huarte Araquil.
La otra noche, mientras una impetuosa tormenta dejaba caer sus hilos de agua con fuerza, abrí el balcón y me llegó el olor a frescura de primavera, a campos mojados, a naturaleza viva y poderosa. No podía apartarme de ese sentir que me traspasaba y me dormí rodeada de ese momento que nos entregaba la vida como regalo.



viernes, 10 de abril de 2015

SOY

 
Soy frágil porcelana de nuestro sueño,
terciopelo púrpura de sangre repleto,
corcel que galopa
hasta perder el aliento,
intrépido corazón que brama sin miedo.
 
Soy crisálida que busca el viento,
libertad tierna de añoranza y anhelo,
amapola que endulza
el sabor del veneno,
delicado elixir que te roza sin remedio.
 
Soy fuego del atardecer entre tu pecho,
cálida arena y polvo del desierto,
caricia que con mimo
halaga lo que está escrito,
azar que por fortuna se cruzó en mi camino.
 
Soy alborada en crepúsculo sereno,
gotas de rocío adheridas a tu cuerpo,
 sentir de cariño
que indaga su destino,
alud en la montaña,
lluvia torrencial en noche de invierno,
colores que ocultan sombras
porque destino así lo quiso.
 

 
 
El ser de la persona, la esencia, es aquello invariable y permanente que constituye nuestra naturaleza. Supone la realidad persistente que, independientemente de los cambios superficiales, siempre se mantendrá intacta. Representa los rasgos que nos hacen únicos e irrepetibles.
Fotografía: Yo de pequeñita en Lerín el día del Corpus. Qué bonita y nostálgica imagen. A mí me transmite una ternura que, a pesar del tiempo pasado y por ello mismo, me llega más profundo.

sábado, 4 de abril de 2015

MI CALLE

 
Una calle... al fondo la iglesia.
Olor a tarde echada y a calma.
Sillas de mimbre en la puerta de las casas.
Luto en las batas y en el alma.
 
Los chiquillos corren,
juegan al corro de la patata.
Gorjeo de pequeñas aves
que no han levantado el vuelo al alza.
 
Suenan las campanas;
la hora del descanso de la jornada.
Las abuelas se quitan la palabra,
demasiados años ya a sus espaldas.

Un grito, la hora de la cena.
Nadie hace caso.
Otro grito, ya alguno se da cuenta.
Rápido menester y vuelta a la puerta.
 
Cuerpos cálidos por el trabajo del día.
Manos agrietadas por las labores de una vida.
Añoranza de tiempos pasados,
de colores de la infancia.
Añoranza de viejos momentos
que vuelven con fuerte savia.
 

 
 
Fotografías: Mi queridísima morada de tantos años, Lerín. Dos panorámicas enfrentadas. La de arriba vislumbra una parte del pueblo con la torre de la iglesia como pilar. La de abajo otea los campos desde la terraza de mi casa.
Recuerdos de niñez que llevo dentro como oro en paño. Costumbres y tradiciones de viejas tierras que se han hecho a sí mismas con el paso del tiempo. Orgullo que va conmigo de la mano en mi caminar. Lo que yo soy, mi esencia. Mi emoción crece cuando pienso en esos días de antaño y en esos momentos que forjaron mi ser y que considero que me hicieron mejor persona por lo humilde y auténtico de cada instante vivido.