jueves, 7 de abril de 2016

TESORO ROBADO


 
En mi pecho, una chispa
donde la clemencia
el viento la viste de amor....

Morada que desgarra el hielo
donde el horizonte
la niebla torna su color.
 
Sé el diluvio de mis días.
Sé el combate de mi caricia.
Sé el volcán de mi pasión.
 
Arranca las cadenas del tiempo,
aúlla como lobo sin temor,
batalla en las dunas de mi cuerpo,
venera bravo este calor.
Implora el tiempo habitado,
congela cada línea de fragor,
vela el tesoro robado,
conquista este mundo de valor.
 
Y allí, en la era del gozo,
entre el júbilo de la perfección,
imagina dos cuerpos ardiendo,
suave aroma que tiñe una flor.
 
Sé el fuego de mi talle.
Sé la figura de mi oscuridad.
Sé los dedos de mi hoguera.
Sé la lumbre de mi delirio.
Sé la fantasía de mi perfume.
Sé la frescura de mi ardor.
 
La fotografía para acompañar ese poema me la ha regalado mi amiga África Belloso. Muchas gracias. Te quiero, amiga. Ya sabes que es un poema forjado entre las dos...


lunes, 4 de abril de 2016

OLYMPE DE GOUGES

 
Fornido estandarte
en manos equivocadas.
 
Descuidado, mugriento, contaminado.
 
Trampa manchada
de traicioneros momentos.
 
Maléfico, infame, doliente.
 
Viejas leyendas
en inéditas costumbres.
 
Angustia, tormento, tortura.
 
Llovía sobre París,
un gemido cruel
se aferraba a los hilos de agua.
 Un gemido pétreo de humanidad.
Raza de villanos
aprisionan la voluntad.
Licencia constante
para mutilar piezas de un puzle,
adornos de perfección
donde la mujer recita su vida,
donde este corazón de caridad
muestra en sus carnes
la cruel vileza.
 
 
 "Llovía. Llovía insistentemente sobre París. El manto negro del cielo se preñó de millones de lágrimas que caían voluptuosas desde el techo del mundo, a sabiendas de que los ojos del mundo se habían clavado como punchas de fuego en la Francia revolucionaria". En palabras del poeta Guillermo de Jorge, así es como la escritora Isabel Medina nos adentra en su última novela "Olympe de Gouges", Izana Editores, 2016. Un canto en prosa a una de las mujeres más relevantes de la historia.
 

viernes, 1 de abril de 2016

TU LUZ SIEMPRE SERÁ LA MÍA

 
Tú, cántico avivado
de velo cristalino.
Tú, fantasía de ensueños
en áureo mimo.
 
Eras tan pequeñita.
 
Tú, rúbrica de mis entrañas
en alboroto tendido.
Tú, astro que lloraba
de sangre cálida encendido.
 
Cogías mi mano.
 
Tú, semilla que despuntaba
en el atrevido viento.
Tú, poro de mi piel
en la dehesa de mi cuerpo.
 
Tus ojitos me miraban.
 
Tú, sueños infranqueables
en recóndito secreto.
Tú, pálpito sediento de amor
capricho de mis secretos.

Tu luz era la mía.
 
Poema redactado para felicitar a mi queridísima sobrina Paola con motivo de su cumpleaños. Hace 19 años que la vi nacer, dar sus primeros pasos, sus primeras palabras y crecer y crecer hasta convertirse en una maravillosa mujer, hermosa por dentro y por fuera, que siempre da lo mejor de sí, que tiende su mano al amor y que ha conseguido que hoy hayan brotado en mí estos versos...