domingo, 12 de junio de 2016

DIME QUIÉN SOY

 
Espejo de infinitos colores,
secretos que velo.
Evocación de los yos
en mi savia,
luminiscencias donde
me acerco,
piezas del puzle
que, sin saber, creo.
 
Percibo un tarareo,
trova de otros tiempos,
estrépito de pinceles
bosquejan mi cuerpo.
Linaje en ocultas menciones,
faz de fuegos.
 
Nácar en mi plañir,
zurrón de albas,
arrastro mi cruz
y rezo al céfiro.
Batallo por mis flores,
dulces anhelos,
jardines maquillados,
sutiles besos.
 
Soles de terciopelo,
tules aletean,
fantasías azules
oros de mis dedos.
Evocación de los yos
en mi savia
delinean mi cuerpo.

miércoles, 8 de junio de 2016

AMAPOLA


 ¿Qué me arroja a agonizar de amor?
Tiniebla de aguijón clavado,
filo en mi carne trémula,
roja huida de tu negro lecho.
 
¿Por qué no tornas tus pupilas?
Miel en el iris de mis sueños,
caricias de soles robados,
pétalos de amapola que
incendian los candiles de la vida.
 
Valiente honor de guerrillero
que nació para ganar,
tatuaje de mi cuerpo
sellado a fuego en tu torso
ávido de ternura.
 
Fantasía de la historia
que pervivió sin agotar.
Bohemia leyenda de
dos almas errantes...
 
¿Por qué me dejaste marchar?
El destino existía lacrado,
jamás lo podremos burlar.

lunes, 30 de mayo de 2016

LEYENDAS DE PASIÓN

 
Alma mía,
¿cómo rozar tu gloria
con mis dedos trémulos?
¿cómo padecer esta
hoguera que me turba,...

esta vehemencia
que jamás se apacigua,
esta candidez disfrazada
de mundos perdidos?
 
Regresa, torna a la brisa
que piruetea con mi pelo,
al parterre donde el momento
se detuvo para ilusionarte,
a mi talle impetuoso que
ambiciona tus caricias.
 
Regresa, torna al sinfín
que indaga nuestro azar,
al páramo, yermo
sin tu cándida abnegación,
a mi risa que al alba
perfila tu torso desarropado.
 
Alma mía,
¿cómo rozar tu gloria
con mis dedos trémulos?
 
Fotografía: Delicada y tierna sorpresa en un paseo por la vera del Arga... 

miércoles, 18 de mayo de 2016

PRIMITIVO IRIS


 Manzana de azul y viento
chispeantes palmas
perdidas que reposan
el sabor del veneno.
 
Gallardía de cielo
en melodías de rabia
donde el senil halo
custodia los brillos del fuego.
 
¿Por qué entregas, primitivo iris,
la inocencia de tu bohemia contienda
en piedras de azúcar y besos?
¿Por qué siembras, espejo roto,
el sincero rubor de la pena
en destellos de agua y polvo?
 
Dime tú, azul,
¿por qué te pregunto a ti?
¿por qué llenaste mis horas
con el anhelo de la esencia eterna?
¿por qué nació este deseo
que comulga con el universo?

viernes, 6 de mayo de 2016

MI ESPADA



  
 Siempre vacilante
con el miedo del despertar
e impertérrita en un mundo
donde aúlla la noche.
 
Absuelta de mis pecados
en mi tibio caminar
clamo la fe
que oprime mi yo.
 
Trato de desnudar al sueño
en desgarrador delirio
para, con mi espada,
bregar en tierra hostil.
 
Siempre vacilante
sangra el destino de mi azar
y rota en mil pedazos
me pierdo en la alucinación.

viernes, 29 de abril de 2016

PERALTA

Quiero dedicar un poema a mi abuelo Jesús (Peralta), por la costumbre de los motes en la ribera navarra. La pobreza campaba a sus anchas y él, honrado labrador, no ganaba con la saldada para alimentar a mi abuelita y a sus cuatro hijos.
 
 
 

 Se le vio entre cirros rojos
labrantío intrépido a la bestia encumbrado....

Férreo petate, viejos roñosos avíos.
Patria adelante, cuna de caminos.
 
Incendiado astro contra esfuerzo y sacrificio,
corteza curtida a fuego lento,
hambre atrasada por mor del fruto,
mordido atuendo, socorro y lento luto.
 
Lomo encorvado, misión en la memoria,
dominio conocido en muerte secreta,
patriarca de menesterosa estirpe,
honra acuñada a fuego, sangre valiente.
 
Mi idolatría llorada, leyenda de abnegación.
Casta de intrépidos héroes en campo de batalla.
Huracán que no morirá en mi olvido,
pacífico guerrero otorgado a mi sino.
 
Fotografía: Mi abuelo Peralta el día de mi bautizo.

lunes, 18 de abril de 2016

LERÍN


Sueño con Lerín como la puerta de mi infancia.
El espejo mudaba limpio lo que yo no vislumbré
hasta que la tarde caía y del torvo cielo
lloraban las estrellas....

 Sueño con el Lerín de antes de aquella batalla.
Callejas de abiertos postigos,
yo me deslizaba entre ellas.
Mis verdades se esparcían
delante de la iglesia.
La pureza besaba mi frente
hasta el último ágape de la jornada.
Mi madre duplicaba las voces
que yo obstinadamente olvidaba.
Entre las viejas nanas flotaba virginal
la eterna y pulcra melodía.

 Yo era feliz,
yo era lastimeramente feliz.
Casta esencia sin abismar.
Sólo vivir, vivir.