miércoles, 27 de febrero de 2013

A MI PADRE

Éstos primeros versos quiero dedicárselos a la persona que me inculcó desde niña el amor a la literatura, mi maestro: mi padre. Benito nació en una humilde familia de labriegos en un pueblecito de la zona media de Navarra, Miranda de Arga. Sus padres fueron Josefina y Jesús, "Peralta", por esa antigua y conservada tendencia al mote en la ribera de nuestra tierra. Jugó como futbolista en El Castillo, el equipo de su pueblo y sigue amando el deporte casi tanto como a su esposa, hijos y nietos. Es una de las mejores personas que he conocido.



De Josefina y Peralta
el fruto sólo podía ser
una bondad infinita
por llevar a los dos en él.

Inquieto, hogareño, vivaz, tranquilo,
humilde emigró a un colegio
desde donde añoraba su Miranda natal
y El Castillo de sus sueños.

Volvió al final delantero;
regates, postes, remates, aciertos
del que ya era conocido
como el Bobby Charlton de su pueblo.

Y en campo contrario ganó
la mayor victoria soñada,
una morena de rompe y rasga
a quien supo conquistarla.

Amante esposo, excelso padre y abuelo
¿cómo no vamos a quererte?
si nos has dado la vida,
la sabiduría y la suerte.

Orgullosa estoy de ti
como lo estaría cualquiera
que te hubiera conocido
como padre de bandera.