"No quiero necesitarte
porque no puedo tenerte".
(De la película "Los puentes de
Maddison County").
Este dolor que me duele
más que un puñal en el pecho,
más que una herida de guerra,
más que el gélido frío de invierno.
Dolor, no te adentres en mi cama,
es mi cuerpo quien no te quiere,
es mi alegría quien te delata.
Pero si en vela no estás,
por fin mi alma descansa.
Mas retorna y no puedes frenarlo.
Es más fuerte que la vida,
más profundo que el hallazgo,
daga de un vil verdugo,
ola que te arrastra mar adentro,
noche oscura
donde no avistas el firmamento.
Dolor, no me acompañes,
yo no te necesito.
Lo que tú me das no es bueno.
¡Apártate de mi camino!
La noche siempre ha sido en la historia símbolo de oscuridad, de sonido lúgubre, de lenta agonía en contraste con la luz que va despertando al alba y que nos anuncia el día. Las noches oscuras, sin luna ni estrellas, transmiten como un hechizo de brujas, una sensación de desamparo y leyendas ocultas...