Ingenio de luz que en sutil borrachera
mi lumbre humedeces.
Fuentes de cielo giran y giran
en el océano del silencio,
donde enclaustrado el burbujear
devora la efervescencia del sueño
en el cruel confín del epitafio.
¿Por qué la orilla de tus soberbias alas
ha olvidado el gemido
y hasta el abismo ajusticia?
¿Quién eres tú
que no olvidas mi memoria
y en el lecho de algas
ocultas lienzo de espumas?
Tempestad de encarnizada luna,
no somos olas del mismo viaje
y la sombra de las lágrimas
encadenará el rosario donde la retahíla
ribetea orlas con arroyos de saetas.
El agua germina en surtidores falsos
bebiendo fantasía de almas,
linaje empapándose lentamente
sobre el dilatado desierto
del helado crepúsculo del invierno.
Y el lastimoso delirio de azul melodía,
callado reguero de plata,
se exiliará entre cortina de charcos
en la olvidada lluvia marina
donde descansa el olvido.
Fotografía: Paseo marítimo de Santoña (Cantabria).