LA PEÑA

Observadora tierra que

protege sus campos,

que pace cuando está

en calma y avisa

en tiempos revueltos.

Peñón alto en lo

alto del pueblo, roca

amarrada a la piel

que juega con sus

más diversas formas,

desequilibrios agrestes

que desde el regadío

se vislumbran como

obras de arte, como

cuadro perenne.

Jamás abandonarás tu

vida, la que en tardes

soleadas llena tu espacio

de gentes, de lugareños

que allí encuentran su casa

y que miran a sus

campos con deleite.




Fotografías: Cedidas por Agustín Garnica. Muchísimas gracias, amigo.

La de arriba es una bellísima y colorida vista desde el regadío, con el pueblo oteando los campos y vigilando sus hermosas huertas; una verdadera creación producto del hombre con la naturaleza. La de abajo, más invernal, conlleva el paseo tranquilo y acompasado de dos vecinos en La Peña, la parte más alta del lugar, donde se encuentra el Fuerte de Cazorla, que tuvo gran trascendencia en las guerras carlistas.

Nuestro queridísimo "Balcón de la Ribera", como se le conoce. Preciosísimo recodo de Lerín que en cada época del año exibe su más esplendorosa cara.

SUEÑOS

"Estamos hechos de
la misma materia
que los sueños".
Shakespeare.

Cada momento que

pienso en ti es

un sentimiento soñado,

una llama que

alimenta nuestro 

camino, mientras

descanso mirando

el horizonte.

Cada instante en

que el pájaro canta

es un dulce sabor

de primavera donde

esperarte, aun sin

saber si vendrás.

Cada segundo en

que pasa mi vida

es más cercano al

día en que podré

verte, aun sin saber

si te veré.

Ansío el segundo,

el instante, el

momento en que tú

me des la mano

y me lleves lejos,

allí donde las hadas

tienen su mundo

y nosotros, 

nuestros sueños.

 

 

Soñar. La mente guarda en un rinconcito aquellos anhelos que hacen que cada instante en que los pensamos esté lleno de fantasía, de quimeras, de ilusiones. Es una fuerza vital que nos hace crecer en la vida, colmar cada historia de fábulas para continuar con ese relato... soñando.

MI AUTÉNTICA ALMA

Un 1 de febrero de hace dos años creé un Blog de Poesía que ha dado lugar al libro que siempre soñé y en el que comencé a redactar mis poesías. Fue un día muy especial; era el cumpleaños de mi papi. Los regalos materiales no son realmente de su devoción, en eso me parezco a él. Así que pensé en escribirle una poesía contándole lo que sentía que Benito, mi padre, significaba para mí y mi familia. Todos se emocionaron y me animaron a que creara esta página que, aunque al principio sentía vergüenza de que el mundo pudiera leerme, eso ya ha desaparecido y, contrariamente, me ha otorgado enormes alegrías. Así que hoy nos volvemos a juntar y no podía dejar que pasara el momento para felicitarte por tus estupendos 66 años y por todo lo maravilloso, entregado, amante y bueno que cada día eres con nosotros. Te quiero mucho, papá.

 

 Mi mirada, mi sueño

en calma, la serena

palabra, todo me lo

enseñaste para que mi vida

fuera sincera y entregada,

querida y verdadera,

real y afortunada.

El hombre de mis

sueños, mi auténtica

alma, lo que soy

te lo debo, mi destino,

mi templanza. Tú me

guardas cada noche

como cuando de pequeñita

te llamaba, y me

duermo en tu regazo,

tranquila y bienamada.

Nunca te vayas,

yo soy tu estela,

tu mirada. Volvería

a nacer de nuevo

por tenerte como padre

y sentirte en cada

sueño. Por honrar

al que un día me dio

la vida con su varita encantada.

UNA MISMA RAÍZ

Nacimos para estar juntas

de una misma raíz, el

tallo que nos une jamás se

ha de partir, tus pétalos

me acarician como

seda suave y pueril.

Que somos una, la mirada

de Dios lo sabe, ¿porqué

el hombre tuvo que decidir?

Al contarnos, el jardinero

rompió dos vidas de raíz,

los pétalos fueron cayendo

con un dolor y un morir.

Ahora ya te extraño, ¿dónde

estará mi sufrir? La niña

que yo tenía y que me

hacía reír, se ha ido, se la

han llevado, ya no siento la

caricia de su roce de carmín.

En una excusión, encontré esta casita de cuento rodeada de las más diversas flores. Un lugar precioso que conserva todo el encanto de cuando fue una villa habitada: su caserón, el parterre, las fuentes, la ermita... y toda esta grandeza arquitectónica envuelta entre pétalos de colores que cada época del año nos deleitan con su mejor cara.

Es un placer adentrarte entre tanta naturaleza, tanto esplendor, olvidarte del mundo y encontrar pequeños regalos en cada huella que hacen que las horas pasen sin darte cuenta.

Fotografía: Detalle del caserón en un pueblecito de la montaña navarra, junto a la blancas rosas que lo acompañan.

DUDA

 

La duda prende la

existencia en un

intento por descubrir

si me quieres o no.

Si soy tu deseo más

profundo o si no

hay nada que sentir.
 

Que el mundo se

apiade de nosotros

si la respuesta es que sí,
mientras nos adherimos a
la vida para poder vivir.
 

Si me añoras,

cada paso sería como

una piedra en el

camino, como una

noche sin luna, como

un intento por descifrar

nuestro destino.
 

Guardaré la piedra,

guardaré la luna y

guardaré el destino,

para que algún día me digan
si lo que arrastraban
en su pensamiento

era nuestro amor

y era nuestro sino.

 

 

La duda es un sentimiento que acompaña nuestra existencia. Nunca sabemos a ciencia cierta cuál es la mejor puerta a la que llamar y nos arriesgamos con la llave en la mano. El otro camino nos hubiera llevado por otra senda, quizá. Nunca lo sabremos. Pero no dejemos de hacer en esta vida lo que el corazón nos pide y el alma nos clama porque es mejor arrepentirse del paso dado que quedarte eternamente con la incertidumbre de qué hubiera podido pasar.

Fotografía: Cedida por mi amiga Ana Pérez Losada. Nuestra relación desde el momento en que nos conocimos en Facebook ha sido muy estrecha. Tus fotografías acompañadas de esos acertados comentarios siempre me han entusiasmado y no quería cerrar este libro sin que formases parte un poquito de él. Gracias por esa forma que tienes de vibrar en tu viaje por este mundo.

 





RETAZO ETERNO

La vida es una incógnita desde que nacemos hasta después de morir. Nieves San Juan, gran amiga de la familia y vecina de Lerín, me envió esta fotografía y ¡descubrí a mi abuelo Sátur, de pequeño, con los compañeros de escuela! ¡Qué gran emoción! Mi abuelo también fue niño... Él, que ya ha cumplido 95 años, que ya es bisabuelo... No puedo concebirlo con el intelecto, sólo puedo sentirlo con el corazón.

La existencia humana nos llena de dudas que no somos capaces de contestar. Pero la belleza suprema de este instante fotográfico, tan perfecto en su conjunto, me hace olvidarme de todo lo demás.

Corazón de niño

que indagas entre

los retazos de tu

vida instantes serenos,

momentos que quedaron

grabados en tu memoria,

cálidos recuerdos.

Lienzo que guardas

lo que fue perfecto.

¿A dónde irá ese

cuadro secreto?, ¿qué

sentías cuando éste

fue hecho?

Te veo y, sin querer,

 el reflejo es

de otro abuelo,

el que también fue

chico, el que vivió con

su aliento. ¿Dónde

quedó aquel retazo

eterno?

Me miras

y no te reconozco,

me llamas y no

te escucho en ese

blanco y negro, porque

tú eres él, pero el

tiempo transitado ha

mudado mis ojos

para que la intensa huella

sólo pueda evocarte

con el corazón
henchido de ella.

 Fotografía: Mi abuelo Sátur es el que está abajo a la derecha. Gracias abuelico por seguir entre nosotros y por tanto amor como nos das y nos has dado desde que nacimos. Ya sabes cuánto y cuánto te queremos.


FRÍO

 

Hay días en que no

puedo aguantar de

tanto como te quiero.

Es tan hermoso el

sentimiento que quisiera

llorar, correr, buscar

y que tú me dijeras

que el tuyo es igual.

Pero miro a mi alrededor

y todo es blanco, puro,

pero frío, falta el

calor de ese alma

enlazada en la mía.

Falta el rojo, la

pasión, que existe

pero que no se ve y

aguanta porque nadie

le dice que es su

momento.

¿Cuándo llegará?

Ni siquiera

el destino lo sabe.

Ni mi vida ni la tuya

deambulan por la misma

vereda. El camino

continuará y nosotros

seguiremos explorando

esa tormenta que

nos haga resguardarnos

el uno en el otro,

ese desamparo que encuentre

el hallazgo buscado.

 

 

La vida no es un camino de rosas y cuando lo es te das cuenta de que esas flores tienen espinas. Pero aprender de cada caída es la suerte que podemos llegar a tener ya que enriquecerá cada paso de nuestra senda. Una dura manera de avanzar pero la más efectiva.